Curación y Preparación de un Buen Mate

Curación del mate: El mate de vidrio, no necesita ser curado, dado que está hecho de vidrio, lo que lo hace más higiénico que otros. No obstante, para curar un mate, lo ideal es curarlo según nuestras costumbres como consumidores. Por ejemplo, si tomamos mate con azúcar es recomendable curar el mate con dos cucharadas de azúcar impalpable y darle calor con una brasita, encendedor u hornalla. Esperar a que se derrita el azúcar, agregar yerba usada hasta arriba, agua hervida y dejar entre 12 y 24 horas. Al otro día, vaciar el mate, y pasar una cuchara para limpiar la piel interna. Repetir la operación tres o cuatro veces. Si la persona quiere preparar el mate para después tomar sin azúcar puede curarlo con manteca o aceite en lugar del azúcar.

Bombilla: Las más efectivas son las de alpaca y las de níquel. La de hierro toman rápidamente la temperatura del mate. Es muy importante cuidar la higiene de la bombilla. Se recomienda hervirla con agua y pasarle un cepillo sin detergente.

Agua: Evitar el uso de agua mineral. Los minerales de este tipo de agua pueden modificar la estructura de la yerba y por ende su sabor. Generalmente dejan una yerba oscura con sabor más fuerte. La temperatura del agua no puede superar los 80/85º C. Si el agua hierve hay que desecharla porque pierde el oxígeno y torna ácida a la yerba. Nuestros mates, al estar hechos con vidrio templado y revestidos en cuero, no permiten que el calor que va adquiriendo la yerba, llegue a su mano, lo que se traduce, en el placer de matear.

Agregados: Lo más atractivo es que cada consumidor realice sus preparados en forma artesanal. Si le gusta la yerba con naranja u otras frutas, se recomienda que agregue sus propias cáscaras secas. De esta manera los resultados serán más frescos y naturales. Si prefiere endulzar el mate, se recomienda miel y azúcar antes que cualquier tipo de edulcorante.

Maridajes: Budines y pastelería para yerbas suaves, y salados como chipá o panificaciones con queso para las yerbas más fuertes. La yerba de estructura fuerte ayuda a limpiar la grasa de este tipo de productos y una yerba suave acompaña mejor los sabores más delicados de la pastelería.

El ritual: No se debe cambiar de cebador hasta que se termine el agua. El primer mate debe ser para el cebador y el segundo para el invitado especial de la ronda. La ronda debe seguir las agujas del reloj. No se debe dejar de cebar hasta que se acabe el agua. La forma de nuestros mates, nos permite pasar el mate de mano en mano con seguridad, sabiendo que no se caerá accidentalmente, porque el mate no quema, no es resbaladizo, y sus curvas proporcionan un mejor asir del mismo.

Cómo cebar: Colocar yerba hasta completar las ¾ del mate. Agitar para que el polvo se mezcle bien. Dejar un pequeño canal para poder colocar el agua. Cebar cerca de la bombilla y dejar yerba seca a su alrededor. Ir buscando la yerba seca a medida que el mate se va lavando. Un mate bien cebado tiene que durar un termo completo. Muchas veces nos hemos encontrado que la boca del mate es pequeña, lo que nos impide encontrar yerba seca. Con nuestros mates, con su amplia boca, podemos lograr lo descripto anteriormente.